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¿Qué es la manometría esofágica?
La manometría esofágica es una prueba que se hace para diagnosticar afecciones de los nervios y músculos del esófago (el tubo de alimentación). La prueba utiliza un catéter (tubo) de plástico delgado y flexible que se introduce al esófago, hasta llegar al estómago por una de las fosas nasales. Los sensores del catéter miden cómo se contraen y se relajan los músculos del esófago, y esta información se registra en una computadora.
¿Por qué podría un niño necesitar una manometría esofágica?
El examen se puede realizar en niños que tienen dificultad para deglutir, dolor al comer o dolor en el pecho, para determinar si los problemas con los músculos del esófago están relacionados con los síntomas. También se puede realizar cuando se conocen o se sospechan trastornos específicos (por ej., acalasia o esclerosis sistémica), o para evaluar a un niño antes o después de una operación debido a enfermedades esofágicas. Se pueden realizar otras pruebas, como endoscopia superior o esofagrama con contraste (rayos-x) antes de la manometría esofágica.
¿Cómo se realiza la manometría esofágica?
No se necesita ninguna preparación específica antes de la manometría esofágica, aunque se le pedirá al niño que se abstenga de comer 4 o más horas antes. El catéter de plástico delgado y flexible se colocará mientras su hijo está despierto, usando medicamentos anestésicos (aerosol o gel) en la fosa nasal. Es normal que su hijo experimente un poco de náuseas e incomodidad durante la introducción del catéter. También, el catéter se puede colocar mientras su hijo está dormido si se le va a someter a otro procedimiento que requiera anestesia. La prueba generalmente se realiza con una serie de degluciones que pueden incluir líquidos ligeros (como agua, Gatorade ™), líquidos espesos (puré de manzana) y sólidos (como pan, bombones o alimentos específicos que su hijo tenga dificultad para ingerir). Un técnico, una enfermera o un médico guiarán al niño a través de las diferentes degluciones, y la prueba generalmente se completa en 45-60 minutos.
¿Qué sucede después de la manometría esofágica?
El catéter se retira inmediatamente después de terminarse la prueba. Los niños generalmente son dados de alta y pueden reanudar sus actividades normales. También, le pueden dar recomendaciones dietéticas u otro tipo de recomendaciones, dependiendo de los resultados de la manometría. El médico puede analizar los hallazgos de la manometría esofágica inmediatamente después de terminar el estudio, o puede contactarlo en unos días, después de haber revisado los resultados.
¿Cuáles son los riesgos de la manometría esofágica?
La prueba de manometría esofágica es muy segura. Durante la prueba, el niño puede experimentar algo de molestia o sangrado por la nariz, un sabor extraño en la boca o una sensación de náuseas o incomodidad en la garganta. Por lo general, estos síntomas desaparecen unos minutos después de que se extrae el tubo de manometría. Otros problemas más graves, como una lesión que atraviese el esófago o el estómago, son poco frecuentes.
¿Qué hay que vigilar después de la prueba?
Varias horas después de que se complete el estudio, algunos niños pueden sentir molestias al comer o pueden tener un poco de sangrado de la nariz. Estos síntomas deben resolverse dentro de 24-48 horas. En general, los niños se sienten de la misma manera que se sentían antes de la prueba.
¿Cuándo buscar ayuda médica?
Comuníquese con el gastroenterólogo de su hijo si él/ella experimenta un dolor persistente, sangrado que no se detiene, dificultad para respirar o si no puede beber suficientes líquidos para mantenerse bien hidratado.
Edited by: Athos Bousvaros, MD and Priya Raj, MD
February 2020
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