Obesidad

El aumento excesivo de peso puede suceder a medida que pasa el tiempo, y puede ser difícil identificarlo solo por la apariencia del niño. 

El índice de masa corporal (IMC), es una medida que compara el peso de una persona, con su estatura. El IMC proporciona una estimación rápida de la grasa corporal de una persona. El IMC se mide con un número, que se puede utilizar para describir si una persona tiene un peso bajo, un peso normal, sobrepeso u obesidad.  

Su médico puede medir el IMC de su hijo, y si es igual o mayor al percentil 85, se considera que su hijo tiene sobrepeso y corre el riesgo de ser obeso. Si el IMC es igual o mayor al percentil 95, su hijo se considera obeso.

El IMC no es una medida perfecta, por lo que su médico puede considerar otras medidas como la circunferencia abdominal, así como observar los antecedentes familiares y la salud en general para determinar si el peso de su hijo es saludable.

Los estudios demuestran que los niños con obesidad tienen mayor probabilidad de convertirse en adolescentes con obesidad. Estos adolescentes pueden convertirse en adultos con obesidad, a menos que hagan cambios en su estilo de vida.

Muchos problemas de salud se asocian directamente con la obesidad como el asma, la acidez estomacal (llamada reflujo gastroesofágico), la apnea del sueño, el colesterol alto, y el dolor de las articulaciones. La diabetes tipo 2, la presión alta (llamada hipertensión), y la enfermedad de hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés) son enfermedades crónicas que se presentaban principalmente en los adultos, pero ahora se ven también en los niños con obesidad. La obesidad puede incluso aumentar el riesgo de desarrollar cáncer y posteriormente infertilidad.  

No solo la salud física puede ser impactada, sino también la salud mental. Los niños con obesidad son más propensos a sufrir “acoso escolar”, tener baja autoestima y depresión.

Existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de volverse obeso. Los cuales incluyen:

• Causas genéticas 
• Consumir ciertos tipos de alimentos (por ej., los alimentos procesados como los refrescos, las bebidas deportivas, los dulces y las comidas rápidas) 
• La cantidad de alimentos que se consume 
• El nivel de actividad 
• El tiempo frente a las pantallas (televisión u otros dispositivos)
• Los malos hábitos del sueño o apnea del sueño 
• La salud mental 
• Los medicamentos 

La forma de prevenir o resolver la obesidad es equilibrando la energía que ingerimos (comidas y bebidas) y la energía que libramos (nivel de actividad).

Tome pequeñas medidas a la vez. Observe el entorno, la actividad y la alimentación de su hijo, para ver dónde se pueden hacer cambios saludables. 

Entorno

• Ojos que no ven, corazón que no siente: 
  • Si es posible, retire todos los alimentos de los estantes.
  • Planee con anticipación cuando vaya al supermercado y compre solo lo que está en su lista. 
  • Mantenga buenas opciones disponibles de alimentos. Deben ser los primeros alimentos que vea cuando abra el refrigerador o los gabinetes.
• Controle el tiempo frente a la pantalla.
  • Limite el tiempo que ve la TV, videos, o que usa otros dispositivos y la computadora (excepto para la escuela).
  • Mueva la TV y la computadora fuera del dormitorio de su hijo.

Actividad

• Incorpórela a su día. Empiece lentamente a medida que aumenta su fuerza y resistencia.
• Mezclar varias actividades lo hace divertido: caminar, hacer limpieza en el hogar, andar en bicicleta, bailar, jugar videojuegos activos, pasear al perro, nadar, jugar deportes de equipo, hacer yoga o jugar en el parque. Aproveche los programas de yoga, ejercicio y baile que se presentan por televisión e Internet. Busque actividades que disfruta. 
• Siempre que le sea posible, camine en vez de conducir su auto o tomar el transporte público. 
• Únase a grupos de ejercicio con amigos o aproveche un grupo comunitario para aumentar la motivación. 
• Planee hacer una actividad que NO se enfoque en comer. Por ejemplo, salir a caminar con un amigo. 

Comidas

• Que las horas de comer sean conscientes.
  • Planee las comidas y bocadillos con anticipación para que sepa lo que va a comer. Coma solo lo que está planeado.
  • No se salte ninguna comida. Asegúrese de comer regularmente durante el día. 
  • Limítese al plato balanceado para las comidas (Myplate.gov). Evite servir buffet o “estilo familiar” para controlar las porciones. 
  • Cread un espacio para comer, y solo coman en ese espacio. 
  • Apague la televisión, la tableta electrónica o el ordenador (computadora) durante la hora de comer. 
  • Disfruten comer juntos con la mayor frecuencia posible. 
  • Practiquen la alimentación consciente: siéntense, relájense y saboreen cada bocado.

• Fomente comidas y bocadillos que incluyan un equilibrio de proteínas bajas en grasa y alimentos ricos en fibra.
  • Los alimentos ricos en fibra incluyen los vegetales, las frutas, las nueces, los frijoles y los granos integrales (alimentos elaborados con trigo integral, harina de maíz, avena, cebada, arroz integral o quínoa). 
  • Ejemplos de proteínas bajas en grasa incluyen los frijoles, el pollo, el pescado (no frito) y los lácteos bajos en grasa o las alternativas de lácteos sin azúcar.

• Evite las bebidas azucaradas como los refrescos, las bebidas deportivas, las bebidas energéticas, los jugos, los ponches, el té dulce y los cafés de sabores. Las investigaciones muestran que estas bebidas pueden aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud relacionados con la obesidad, como las enfermedades hepáticas y la diabetes.

Elija alimentos frescos en sus estados más naturales, como: 

• las verduras sin almidón
• las frutas
• los granos integrales
• las legumbres
• las proteínas bajas en grasa como pollo, carne de res magra, pescado y huevos
• los lácteos bajos en grasa
• las grasas saludables, especial-mente las grasas de origen vegetal, como el aceite de oliva, las nueces, las semillas y el aguacate (en porciones razonables)

Minimice los azúcares añadidos: 

• Lea las etiquetas y busque alimentos que contengan la menor cantidad de azúcares añadidos. Trate de consumir menos de 3 gramos de azúcar por porción de galletas saladas y pan, menos de 6 gramos de azúcar por porción de cereales y barras, y menos de 8 gramos de azúcar por porción de yogures griegos.
• Anime a su hijo a beber agua, ya sea pura o con burbujas. Intente aromatizar el agua con rodajas de fruta, menta o pepino.
• No tenga en casa, refrescos, jugos u otras bebidas con alto contenido de azúcar.

Utilice palabras y acciones positivas.

• Evite castigar, culpar, sobornar, gritar, burlarse o hacer comentarios que puedan empeorar el problema, acerca de su talla, peso o sobre la comida. Los cumplidos y el apoyo pueden ayudar a resolver el problema.
• No negocien en cada comida. Formulen un plan juntos, acepten ambos el plan, y cúmplanlo. 

Muéstrese a favor de su hijo. 

• Comuníquese con él/ella. Obtenga ayuda si la necesita, especialmente si su hijo está experimentando “acoso escolar”.
• Todos los cuidadores del niño deben estar de acuerdo y mantener una buena comunicación.

Sea un modelo a seguir. 

• Comer vegetales, cereales integrales, frutas frescas y proteínas bajas en grasa es bueno para TODOS.
• Participe con su hijo tomando la decisión de mantenerse activos y comer saludable.

• CDC Healthy Weight Calculator
• CDC: About Child & Teen BMI
• MyPlate
• FDA: The New Nutrition Facts
• Mediterranean Diet
• Mayo Clinic: Healthy Fats
• Heart.org: Added Sugars
• Action for Healthy Kids: Sweetened Drinks

Autores: Patricia Novak MPH RD CLE LD y Sharon Weston MS RD CSP LDN
Editora: Riha Bhatt, MD
Noviembre 2021