Colitis Ulcerosa

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¿Qué es la colitis ulcerosa?

La colitis ulcerosa (CU) es la inflamación del revestimiento del colon. La CU es una de las formas principales de enfermedad inflamatoria intestinal (EII). A veces es difícil determinar si una persona padece CU o enfermedad de Crohn, otra forma de EII.

El colon, o intestino grueso, conforma los últimos metros del tracto digestivo. El colon incluye el recto, donde las heces son almacenadas antes de la evacuación. Ocasionalmente, las personas con CU pueden también padecer irritación estomacal o del intestino delgado.

¿Cuáles son los diferentes tipos de colitis ulcerativa?

La CU “típica” describe la inflamación que empieza en cualquier parte del colon y que se extiende uniformemente sobre todo el revestimiento intestinal, hasta el recto. La CU “atípica” puede describir la inflamación irregular del colon, sin incluir el recto o que afecta el estómago. La CU también se puede clasificar por su intensidad, como la “colitis grave aguda” la cual se extiende hasta muy adentro de los tejidos del colon, causando síntomas que podrían requerir una hospitalización.

Algunos sistemas clasifican la CU según su ubicación. En la proctitis ulcerativa, solo se inflama el recto. En la colitis izquierda, la inflamación incluye la parte del colon del lado izquierdo del abdomen. En la colitis extensa, la inflamación puede incluir la parte del colon que cruza por la parte superior del abdomen e incluso la parte que se extiende desde la parte inferior hasta la parte superior del abdomen derecho.  Con el tiempo, la inflamación del paciente puede cambiar de una de estas categorías a otra.

¿Qué causa la colitis ulcerosa?

Es probable que tanto los factores genéticos como los ambientales interactúen para causar la CU, la cual se está volviendo mundialmente más común. En los Estados Unidos, cerca de 3.1 millones de niños y adultos padecen ya sea la enfermedad de Crohn o la CU. La CU puede aparecer a cualquier edad, pero con frecuencia empieza durante la adolescencia y no en la infancia. Es poco común en los bebés. 

Todos los seres humanos tenemos miles de millones de bacterias y otros microorganismos en los intestinos. Los investigadores creen que la CU se presenta cuando el sistema inmunológico responde, de manera excesiva o anormal, a algunos de estos microorganismos. Por esta razón, la CU se clasifica como una enfermedad “autoinmune”. Los efectos producidos en los microorganismos intestinales y en el sistema inmunológico, probablemente jueguen un papel en la causa de la CU.  Dichos efectos incluyen tanto a factores genéticos como ambientales.

  • Factores genéticos: Un historial familiar de EII u otra enfermedad autoinmune es un factor de riesgo para la CU. La CU puede aparecer en personas de cualquier grupo étnico u origen nacional. Sin embargo, es más común en ciertos grupos, incluyendo a las personas de ascendencia judía Askenazí. No existe un gen único o una mutación única que cause la CU. No obstante, algunos de los genes asociados con la CU están implicados en el sistema inmune.
  • Factores ambientales: Hasta el momento, contamos con información limitada acerca de las causas ambientales de la CU, y no sabemos si son las mismas en los niños y los adultos. Sin embargo, parece haber tanto factores de alto-riesgo como factores de protección.
    • Factores de alto-riesgo:
      • Vivir en un país del norte (como en los Estados Unidos, Canadá o el norte de Europa) 
      • Toma de antibióticos en la infancia temprana
      • Uso previo de bloqueadores de ácido
      • Alto consumo de carnes rojas, grasas y azúcares
    • Factores de protección:
      • Lactancia materna en la infancia
      • Alto consumo de frutas, vegetales y fibra dietética
      • Cirugía para extirpar el apéndice (apendicectomía)

 

¿Cuáles son los signos y síntomas de la colitis ulcerativa?

Es posible que las personas con CU experimenten algunos o todos los siguientes síntomas:

  • Dolor abdominal: El dolor puede sentirse en la parte inferior del abdomen o más generalizado alrededor del abdomen. El dolor puede ser persistente, grave y posiblemente podría despertar a su hijo mientras duerme.
  • Diarrea: Evacuaciones acuosas o frecuentes que son diferentes al patrón normal de su niño. Puede ser de leve a grave y con frecuencia puede despertar a su hijo mientras duerme.  
  • Tenesmo: Es la sensación de llenura en el recto, lo cual puede causar que la persona sienta la necesidad de utilizar el baño incluso después de haber evacuado.
  • Sangre en las heces
  • Pérdida de peso o falta de aumento de peso
  • Crecimiento deficiente, o no ganar estatura tan rápido como se espera
  • Fiebres inexplicables
  • Dolores articulares
  • Cambios en la piel, los cuales podrían aparecer como úlceras, moretones o ronchas grandes en las espinillas
  • Estreñimiento: Aunque no es normal, algunas personas con CU padecen de estreñimiento, aunque por lo general viene acompañado de otros síntomas.

Otros síntomas, denominados manifestaciones extraintestinales, ocurren fuera del tracto digestivo. Dichos síntomas son explicados en la sección de abajo titulada “complicaciones”.

Si le preocupa que su hijo pudiera padecer CU, su médico de cabecera puede hacerle una evaluación inicial. Solicite a su médico que lo refiera a un gastroenterólogo pediatra si su niño presenta sangre en las heces, diarrea persistente, dolor abdominal persistente, pérdida de peso o crecimiento lento.

¿Cómo se diagnostica la colitis ulcerosa?

  • Sangre: Su médico puede recolectar sangre para evaluar los marcadores inflamatorios como los índices de sedimentación eritrocitaria (de los glóbulos rojos) o la proteína C reactiva, así como un hemograma completo para detectar niveles altos de plaquetas (denominado trombocitosis) o niveles bajos de glóbulos rojos (llamado anemia), o un panel metabólico completo para evaluar una variedad de niveles, incluyendo niveles bajos de proteína (llamado hipoalbuminemia) o electrolitos anormales. Los exámenes de sangre pueden dar resultados normales incluso si el paciente padece CU. Una vez que se realiza el diagnóstico de la EII, los niveles de ciertos anticuerpos en la sangre pueden ser de ayuda para determinar si el paciente padece CU o enfermedad de Crohn. Sin embargo, estos no son confiables para su diagnóstico inicial.
  • Heces: Se pueden realizar análisis en heces para descartar una infección intestinal. Se pueden analizar los marcadores de inflamación que aparecen en las heces (la calprotectina o la lactoferrina).
  • Endoscopía y colonoscopía: Estas son las principales pruebas para el diagnóstico de la CU. La esofagogastroduodenoscopía (EGD) utiliza un endoscopio, una sonda con una cámara, para inspeccionar el tracto digestivo superior, que incluye el esófago, el estómago y parte de los intestinos. La colonoscopía utiliza un endoscopio para inspeccionar el colon y el intestino delgado. Su hijo necesitará una limpieza intestinal antes de la colonoscopía (deberá tomar laxantes para vaciar las heces del tracto digestivo). Se toman muestras pequeñas del intestino, llamadas biopsias, para observarlas bajo un microscopio y confirmar el diagnóstico.
  • Estudios radiográficos: Los siguientes estudios de imagen se pueden utilizar para lograr el diagnóstico de la CU y/o descartar la enfermedad de Crohn:
    • Estudios de contraste, serie gastrointestinal superior con seguimiento del intestino delgado
    • Tomografía computarizada (TC) abdominal
    • Enterografía por resonancia magnética (ERM): Se puede realizar en lugar de una TC, ya que la TC expone al paciente a la radiación
    • Cápsula endoscópica: Es una píldora que contiene una cámara, la cual, al ingerirse, toma fotos de algunas partes del intestino que no se pueden alcanzar a ver con un endoscopio. Si se realiza este estudio, es posible que su hijo tenga que tomar una “cápsula disoluble” primero, para asegurar que la capsula endoscópica es segura. Se necesita una limpieza antes del estudio (tomar laxantes para vaciar las heces del tracto digestivo).

¿Cuál es el tratamiento para la colitis ulcerosa?

El objetivo del tratamiento en la CU es lograr que el paciente se sienta totalmente bien, sin inflamación continua, diarrea, sangrado o dolor. Otros objetivos incluyen, minimizar el número de “brotes” o episodios recurrentes de inflamación y asegurarse de que su hijo crezca adecuadamente.

Para alcanzar estos objetivos, su médico discutirá los distintos tratamientos para la CU, dependiendo de lo serio de la inflamación que padece su hijo y del sitio donde se encuentra la inflamación. Su médico puede mencionar tratamientos para inducir la remisión (para hacer que los síntomas desaparezcan) o para mantener la remisión (para evitar que los síntomas reaparezcan). El tratamiento para la CU puede incluir una combinación de: 

  • Medicamentos
  • Terapia nutricional y complementaria 
  • Cirugía

Su médico también puede recomendarle vacunas adicionales y otras medidas, para prevenir o tratar las complicaciones de la CU o los padecimientos asociados. Asimismo, su médico puede enviar a su hijo con un oftalmólogo (especialista de los ojos), dermatólogo (especialista de la piel), reumatólogo (especialista de la autoinmunidad), cirujano, dietista, psicoterapeuta u otro profesional médico.

Medicamentos

El tratamiento para la CU incluye los siguientes medicamentos. Cada medicamento cuenta con sus riesgos y sus beneficios, y tal vez no sea apropiado para su hijo según lo grave de la inflamación y otros factores. Su gastroenterólogo debe explicarles con detalle, a usted y a su hijo, tanto la efectividad como los posibles efectos adversos de los medicamentos.

Además de los tratamientos que se enumeran a continuación, su hijo podría necesitar antibióticos, si existe la preocupación de una infección que puede causar que empeoren los síntomas de la CU. Es común que las personas con CU utilicen múltiples medicamentos antes de encontrar el régimen más efectivo, o que con el tiempo cambien de medicamentos cuando alguno de sus tratamientos deja de funcionar. También se están estudiando nuevos medicamentos y es posible que estén disponibles en los próximos años.

  • Corticoesteroides (“esteroides”): prednisona, prednisolona, metilprednisolona, budesonida – Estos medicamentos se utilizan por periodos cortos (algunas semanas o meses) para disminuir o remediar la inflamación y controlar los síntomas. Estos medicamentos nunca se suspenden de manera abrupta. Su médico le indicará cómo reducir la dosis gradualmente para suspender el tratamiento. Asimismo, debido a que el cuerpo metaboliza y procesa los medicamentos esteroideos de manera diferente, algunos pacientes experimentan efectos secundarios significativos, mientras que otros pacientes no los experimenta. Según el sitio y lo grave de la inflamación, estos medicamentos se pueden administrar por vía intravenosa (IV), oral, o rectal con un enema o supositorio.
  • Aminosalicilatos: sulfasalazina, mesalamina o mesalazina (nombres comerciales: Pentasa®, Asacol®, Lialda®, Apriso®), olsalazina, balsalazida – Estos medicamentos se encuentran entre los más seguros para tratar la CU, pero tal vez no sean tan eficaces al ser utilizados solos, si la inflamación es grave. También pueden causar efectos secundarios, pero se pueden utilizar a largo plazo como terapia de mantenimiento. Según el sitio de la inflamación, se pueden administrar por vía oral, o rectal con un enema o supositorio.
  • Inmunomoduladores: azatioprina (AZA) 6-mercaptopurina (6MP) – Estos medicamentos se utilizan principalmente como terapia de mantenimiento, para prevenir la recurrencia de la inflamación o mientras se disminuyen y suspenden los esteroides. También se utilizan seguido junto a otros medicamentos, como los biológicos o aminosalicilatos. Generalmente, estos medicamentos tardan de 3-6 meses para mostrar resultados efectivos. Se administran por vía oral.
  • Inmunomoduladores: metotrexato – El metotrexato es otro medicamento inmunomodulador que se utiliza en la terapia de mantenimiento, y por lo regular se combina con otro medicamento. Este medicamento normalmente tarda 4 semanas en mostrar buenos resultados. Se puede administrar por vía oral o en una inyección semanal.
  • Agentes anti-factor de necrosis tumoral (FNT) o inhibidores del FNT: infliximab (nombre comercial: Remicade®), adalimumab (nombre comercial: Humira®), golimumab (nombre comercial: Simponi®) – Los agentes anti-FNT normalmente se utilizan en los pacientes con EII de moderada a grave, y se encuentran dentro de los tratamientos más eficaces. Algunos se administran por vía intravenosa y otros por inyección. Como estos medicamentos pueden causar cierta supresión del sistema inmunológico, antes de empezar a tomar el medicamento, se evalúa a los pacientes para determinar si han estado expuestos a la tuberculosis. Cabe mencionar, que el golimumab ha sido formalmente aprobado por la FDA para su uso en adultos con CU, pero no en niños. Sin embargo, se les puede recetar a los pacientes menores de 18 años según sus reacciones previas al infliximab y al adalimumab.
  • Agentes anti-integrina: vedolizumab (nombre comercial: Entyvio®) – El vedolizumab ha sido formalmente aprobado por la FDA para su uso en adultos con CU, pero no en niños. Sin embargo, usualmente se les receta a los pacientes menores de 18 años que padecen CU y que no responden a otros medicamentos. Estos medicamentos suelen tardar más en hacer efecto (inclusive meses). En ocasiones, su médico puede agregar otros medicamentos durante este periodo de espera. El vedolizumab se administra por vía IV.
  • Agentes anti-interleucina: ustekinumab (nombre comercial: Stelara®) – Al igual que el vedolizumab, el ustekinumab ha sido formalmente aprobado por la FDA para su uso en adultos con CU, pero no en niños. Sin embargo, comúnmente se les receta a los pacientes con CU menores de 18 años, quienes no responden a otros medicamentos. Los agentes anti-interleucina frecuentemente se utilizan en los pacientes con enfermedad de Crohn, quienes no responden a los corticoesteroides, inmunomoduladores y agentes anti-FNT. El ustekinumab se administra por inyección.
  • Inhibidores de JAK: tofacitinib (nombre comercial: Xeljanz®) – Al igual que el vedolizumab y el ustekinumab, el tofacitinib ha sido aprobado formalmente por la FDA para su uso en adultos con CU, pero no en niños. A veces se utiliza en los niños o en los adolescentes quienes no han respondido o han dejado de responder a los otros tratamientos mencionados anteriormente. Se administra por vía oral.

Biosimilares: Los biosimilares son agentes biológicos que son muy similares a los medicamentos originales. No son exactamente iguales, pero si muy parecidos, por lo que no se les denomina genéricos. Actualmente, existen biosimilares del Infliximab, y muy pronto, habrá biosimilares del Adalimumab. Las compañías de seguros podrían solicitar el cambio a un biosimilar, lo cual se debe discutir con su proveedor de atención médica. Puede encontrar más información sobre los biosimilares aquí.

Dieta y nutrición

La CU no responde tan bien a los cambios dietéticos, como la enfermedad de Crohn. Por lo tanto, la terapia nutricional no se utiliza todavía como tratamiento primario sin medicamentos. Sin embargo, la dieta y la nutrición son sumamente importantes en el manejo de la CU. Una buena nutrición es importante para la curación y el bienestar, así como para remediar la deficiencia de peso, el crecimiento lento, la anemia y las deficiencias vitamínicas y minerales.

Además, un gran número de personas con CU nota que sus síntomas empeoran al comer “alimentos desencadenantes”, los cuales no son universales y pueden variar de una persona a otra. Asimismo, numerosas personas también notan que los alimentos que toleran bien cuando están en remisión, parecen molestarles cuando reaparece la inflamación o cuando sufren un “brote”.

Las recomendaciones generales para la dieta y nutrición de los pacientes con CU incluye:

  • Limitar el consumo de carnes rojas o procesadas a una vez por semana o menos. 
  • Limitar el consumo de grasas saturadas y grasas trans.
  • Comer mucha fruta y vegetales, a menos que su equipo médico le indique lo contrario. No hay necesidad de evitar la fibra. 
  • Si la dieta no es lo suficientemente alta en micronutrientes, puede ser útil tomar suplementos vitamínicos y minerales como el hierro, calcio y la vitamina D.

Algunas personas con CU siguen planes alimenticios estrictos, como la Dieta de Carbohidratos Específicos o la Dieta de Exclusión para la Enfermedad de Crohn. Estas dietas aún no han sido probadas en estudios para ayudar a los pacientes con CU. Si usted está considerando este tipo de dieta, consulte a su médico y a su dietista titulado para asegurarse de que su hijo esté recibiendo una nutrición balanceada.

Terapia alternativa/complementaria

La terapia alternativa es un tratamiento para la CU, que nada tiene que ver con la terapia médica tradicional. Las terapias complementarias se utilizan en combinación con la medicina tradicional.

Se han realizado algunas investigaciones con las terapias complementarias y alternativas en personas con CU. Sin embargo, no se cuenta con suficiente información investigativa para determinar si funcionan o no. Analice estas opciones con el gastroenterólogo de su hijo antes de empezar con cualquier terapia alternativa/complementaria.

  • Trasplante de microbiota fecal (TMF): El objetivo del TMF es introducir bacterias del intestino de un donador sano al intestino de un paciente con CU, con el objetivo de disminuir la inflamación desencadenada por las bacterias originales del paciente. Los investigadores están estudiando la eficacia, los riesgos y las mejores técnicas para este tratamiento. Hasta que esta información esté disponible, el TMF solo se recomienda como parte de los estudios médicos (ensayos clínicos). 
  • Suplementos herbales:  Existen una variedad de suplementos que se han estudiado en los pacientes con CU, incluyendo la curcumina, Indigo naturalis, Boswellia serrata (frankincense), Andrographis paniculate (echinacea de la India), jugo de pasto de trigo, Aloe vera, mirra y manzanilla. Sin embargo, aún no contamos con suficiente información sobre su eficacia para recomendarlos. Tenga en cuenta que los suplementos herbales no son regulados por la FDA. 
  • Probióticos: Los probióticos son bacterias y/o levaduras diseñadas para ayudar a crear un entorno saludable en el intestino. Debido a que existen varios tipos de probióticos, no es posible brindarle recomendaciones generales sobre su uso. Sin embargo, en personas con CU que ya se han sometido a cirugía para extirpar el colon, el producto de múltiples cepas Visbiome® (también llamado VSL #3®) puede ayudar a prevenir la reaparición de la inflamación en el tejido intestinal restante. El Visbiome® y el E. coli Nissle 1917 (Mutaflor®) también pueden ayudar a inducir y mantener la remisión en los pacientes con CU de leve a moderada, aunque existe más información acerca de su uso en adultos, que en niños. Tenga en cuenta que los probióticos no son regulados por la FDA.
  • Aceite de pescado: El aceite de pescado contiene ácidos grasos omega-3, los cuales son esenciales para la dieta, junto con el omega-6 y el omega-9. Los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a prevenir o disminuir la inflamación, incluyendo la inflamación del colon. Estos ácidos grasos se encuentran en el pescado graso (salmón, arenque y caballa) y en algunos vegetales verdes.

Cirugía

Cirugía para la colitis ulcerosa

En la colitis ulcerosa, la porción inflamada del intestino se limita al colon (intestino grueso). Por lo tanto, la extirpación total del colon puede ser vista como la curación de la enfermedad.

Sin embargo, la extirpación total del colon podría causar algunas complicaciones, las cuales, por lo general, requieren modificaciones en el estilo de vida del paciente. El tipo de cirugía que se lleve a cabo, dependerá de las razones exactas por las cuales se hará la cirugía y deberá ser adaptada, de manera individual, a cada paciente.

Indicaciones quirúrgicas para la colitis ulcerosa

Cirugía de emergencia / urgencia

  • Sangrado incontrolable
  • No responde al tratamiento médico
  • Perforación intestinal
  • Obstrucción intestinal
  • Megacolon tóxico
  • Cáncer

Cirugía electiva

  • No responde al tratamiento médico

Tipos de procedimientos quirúrgicos para la colitis ulcerosa:

Proctocolectomía con ileostomía terminal:

Esto implica la extirpación del intestino grueso, y asomar a través de la piel, el extremo terminal del intestino delgado. El intestino delgado se une a una bolsa en el abdomen para recoger las heces. A la abertura del intestino a través de la superficie de la piel se le llama estoma. 

Colectomía total con anastomosis ileoanal con reservorio:

Esto implica la extirpación del intestino grueso con la creación de una “bolsa” (reservorio) fuera del intestino delgado, que se conecta con el ano. La creación del reservorio permite reducir la frecuencia de las deposiciones después de la cirugía. Esta es la cirugía preferida para la colitis ulcerosa, siempre que sea posible. Por lo general se realiza en 2–3 etapas.

Colectomía total con anastomosis ileorrectal:

Esto implica la extirpación del intestino grueso con una conexión directa entre el extremo terminal del intestino delgado y el ano, sin la creación de un reservorio. Sin el reservorio, tiende a haber evacuaciones más frecuentes durante los primeros 6–12 meses después de la cirugía. 

¿Cuáles son las complicaciones de la colitis ulcerosa?

Las complicaciones directas de la CU pueden incluir:

  • Obstrucción y/o desgarro intestinal
  • Sangrado intestinal 
  • Estrechamiento anormal del colon (estenosis)
  • Desarrollo y aumento de peso lentos
  • A la larga, las personas con CU tienen un mayor índice de cáncer de colon 

Las complicaciones fuera del intestino, también llamadas manifestaciones extraintestinales, pueden incluir lo siguiente:

  • Piel: Erupciones cutáneas poco comunes (denominadas eritema nodoso o pioderma gangrenoso)
  • Articulaciones: Dolor e hinchazón de las articulaciones; espondilitis anquilosante (dolor en la espalda baja y/o inflamación de la columna)
  • Ojos: Inflamación en diferentes partes del ojo (denominada uveítis, epiescleritis, queratitis)
  • Boca: Úlceras orales (aftas), que pueden variar en intensidad de indoloras a graves y por lo general son recurrentes
  • Huesos: Reducción de la densidad mineral ósea 
  • Sangre: Anemia
  • Vasos sanguíneos: Mayor riesgo de coagulación de la sangre, especialmente en el contexto de una enfermedad activa y/o después de una cirugía
  • Hígado: Puede ocurrir inflamación del hígado debido a la EII o por los problemas asociados referentes a la hepatitis autoinmune y a la colangitis esclerosante primaria 
  • Riñón: Mayor riesgo de cálculos renales
  • Psicológicos: La CU frecuentemente se asocia con la depresión y/o la ansiedad, quizás debido a la combinación de la inflamación, la anemia, la malnutrición y el estrés de los síntomas dolorosos o molestos
  • Sueño: Mayor riesgo de trastornos del sueño

También existe una amplia variedad de complicaciones que pueden ser causadas por los diferentes tratamientos para la CU, incluyendo las alergias y los efectos secundarios de los medicamentos. A veces es difícil saber si es la CU o los medicamentos los que están causando un síntoma o un problema. Si le preocupa que su hijo esté experimentando una complicación o un efecto secundario, asegúrese de consultarlo con su médico.

¿Dónde puedo encontrar apoyo para mi hijo y mi familia?

Además de los recursos en línea, existen varios grupos de apoyo comunitario. Consulte a su médico o enfermero acerca de los grupos de apoyo comunitario locales, como el programa Power of 2. Los recursos adicionales incluyen: Crohn’s and Colitis Foundation, IBD Support Foundation, NASPGHAN Foundation, e ImproveCareNow. Los recursos también se pueden encontrar aquí.

Autores: Rebecca Cherry, MD, Laura Bauman, MD, Edwin F. de Zoeten MD, PhD
Editor: Athos Bousvaros, MD
agosto 2021

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North American Society for Pediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition
The Association of Pediatric Gastroenterology and Nutrition Nurses
North American Society for Pediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition Foundation
The NASPGHAN Council For Pediatric Nutrition Professionals
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