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¿Qué es el dolor abdominal funcional?
El dolor abdominal funcional se refiere a los dolores estomacales, usualmente alrededor del ombligo y ocurren comúnmente en los niños en edad escolar. Sin embargo, la mayoría de los niños sanos que se quejan constantemente de dolores estomacales por dos meses o más, tienen dolor abdominal funcional.
El término “funcional” indica que no hay ningún bloqueo, inflamación o infección que cause el malestar. Sin embargo, el dolor es real y se debe a la sensibilidad adicional de los órganos digestivos, a veces combinada con cambios en los patrones de movimiento gastrointestinal.
El intestino de un niño tiene un complejo sistema de nervios y músculos que hacen posible el movimiento de los alimentos para ser digeridos. En algunos niños, los nervios se vuelven sensibles, y causan dolor incluso durante las funciones normales.
La sensibilidad del tracto digestivo puede ser desencadenada por diferentes factores, como una infección, estrés o estreñimiento. Otros miembros de la familia pueden tener antecedentes de problemas similares. En muchos niños no existe una explicación clara de por qué comenzó el dolor. El dolor a menudo interrumpe las actividades escolares y de juego habituales de un niño. Sin embargo, a pesar de los episodios recurrentes de dolor, el crecimiento normal y la buena salud general continúan en los niños con dolor abdominal funcional.
¿Qué tan común es el dolor abdominal funcional?
Entre el 10% y el 15% de los niños en edad escolar reportan episodios de dolor recurrente. Otro 15% experimenta dolor, pero sin acudir al médico por ello.
¿Cuáles son los síntomas del dolor abdominal funcional?
La mayoría de los niños con dolor abdominal funcional se queja de dolor alrededor, arriba o debajo del ombligo. El dolor suele durar unos minutos y mejora, aunque en algunos niños puede durar más.
El dolor puede causar que el niño llore, que su cara se ponga pálida o roja, y que empiece a sudar.
A veces, el niño puede también experimentar náuseas (sensación de querer vomitar) o tener ganas de ir al baño y defecar. Los desencadenantes de estos episodios dolorosos pueden incluir la alimentación y situaciones estresantes, pero a menudo no hay una causa identificable.
Si el dolor ocurre con frecuencia, el niño puede solicitar faltar a la escuela.
¿Cómo se diagnóstica el dolor abdominal funcional?
En varios casos, una historia clínica cuidadosa y un examen físico por parte de un pediatra o gastroenterólogo pediatra es todo lo que se necesita para hacer un diagnóstico y descartar causas más graves como la enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, o inclusive enfermedad hepática.
Una historia clínica detallada de cuando comenzó el dolor, en qué parte del cuerpo está, y su relación con los alimentos o estrés a menudo puede ayudar con el diagnóstico del dolor abdominal funcional. Los niños con dolor abdominal funcional tienen un buen crecimiento, un examen físico normal, y no presentan signos de enfermedad grave, como fiebre, pérdida de peso o sangre en las heces.
Aunque el diagnóstico del dolor abdominal funcional se hace en base al historial clínico y examen físico, el médico de su niño puede solicitar un examen de sangre, orina y heces. Las pruebas se realizan para detectar otras afecciones que pueden causar dolor recurrente.
En casos poco comunes, su médico puede recomendar pruebas adicionales, como por ejemplo más exámenes de laboratorio, rayos x, un ultrasonido, y una endoscopia (examinar el interior del estómago con un instrumento llamado endoscopio). Comúnmente su médico puede recomendar un plan de tratamiento y seguimiento de su niño, a fin de ver si el dolor mejora.
¿Cómo se trata el dolor abdominal funcional?
Usted, su médico y su hijo pueden trabajar en equipo para que usted y su hijo vuelvan a tener el control de la vida de su hijo, y no el dolor. Identificar y manejar los desencadenantes del dolor de su hijo, como es el estreñimiento, el estrés, o la intolerancia a la lactosa, a menudo ayuda a reducir el dolor.
A veces, los medicamentos para tratar síntomas específicos, como los anti-ácidos para la acidez o los laxantes para el estreñimiento, ayudaran a reducir el dolor. En algunos niños, los cambios en la dieta pueden ser útiles, por ejemplo, reducir el consumo de leche en un niño con intolerancia a la lactosa.
Sin embargo, la meta principal en el tratamiento del dolor abdominal funcional es aliviar el dolor en sí. En algunos niños, los medicamentos para el dolor, no narcóticos, como la ciproheptadine o la amitriptilina pueden ser útiles.
Existen maneras específicas para tratar los episodios dolorosos, como técnicas de respiración o relajación, que su hijo puede aprender. Un psicólogo infantil experimentado también puede ayudar a tratar los síntomas del dolor. El psicólogo también puede identificar y tratar la ansiedad o la depresión, las cuales son comunes en niños con dolor recurrente.
Como padre que desea saber si su hijo tiene dolor, un buen enfoque es observar el comportamiento de su hijo en lugar de preguntarle si él o ella tiene dolor. Es importante prevenir que el dolor se convierta en una causa para faltar a la escuela, o para cambiar las actividades de la vida social de su hijo, o que se convierta en el centro de atención de todos en el hogar.
Incluso si el dolor persiste, el dolor abdominal funcional no es peligroso. Es importante que su hijo continúe participando en actividades y que mantenga una rutina diaria. Usted le enviará el mensaje correcto a su hijo si se mantiene positivo(a) sobre la idea de ir mejorando.
Los medicamentos pueden ser útiles para algunos niños con dolor abdominal funcional. Usted puede hablar con su médico sobre algunos medicamentos y sobre otras maneras específicas adecuadas para su hijo.
¿Qué sucede con los niños con dolor abdominal funcional después de que recibir tratamiento?
Con la atención y el seguimiento adecuados por un gastroenterólogo pediatra, más del 50% de los niños con dolor abdominal mejoran y tienen menos dolor en un año.
Algunos niños tienen dolor continuo a pesar del tratamiento, y pueden necesitar un tratamiento más intensivo (médico, nutricional, o psicológico) en un centro especializado.
Algunos niños con dolor abdominal funcional pueden desarrollar síndrome de colon irritable (calambres abdominales asociados con diarrea o estreñimiento) cuando se convierten en adultos. Los pacientes con dolor abdominal funcional también pueden desarrollar otros síntomas dolorosos como dolor de cabeza o dolor en las articulaciones a medida que van creciendo.
Author: S Patel, MD
Editor: Athos Bousvaros, MD
February 2021
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